domingo, 23 de mayo de 2021

El futuro es hoy




Si desde la infancia tratamos a las personas como si no supiesen nada y nosotros lo supiésemos todo, ¿cómo pretendemos vivir en un mundo libre, dónde cada uno pueda ser como quiere ser?

Los educadores, padres, maestros, familiares, etc., debemos de estar ahí, sobre todo cuando hablamos de niños muy pequeños. Pero no tenemos que estar observando para negar, criticar o castrar conductas sino más bien para aprender a conocerles y poder guiarles a ser ellos mismos y  a ser libres sin sobrepasar el límite de su propia libertad. Los que me conocen ya saben que una de mis frases favoritas es esta: Mi libertad termina cuando comienza la del vecino. Esta frase se puede malinterpretar como todas, pero lo que quiero decir es que si lo que  a mí me gusta es tirarle del pelo a la niña que está sentada delante de mí y a ella le hace daño estoy  sobrepasando el límite de mi libertad. Creo que con este ejemplo queda muy claro lo que es libertad y lo que no. Tanto para niños, como para adultos.

Por ese motivo creo que los niños, y por ende las personas, somos como los equilibristas, tenemos que tratar de vivir en una sociedad en la que si destacas, sino opinas igual que un grupo vas a ser atacado por ese grupo. Lo diferente molesta y dudar de todo hace incomodar a cierta gente que creen saberlo todo.

El verdadero sabio es conocedor de que puede aprender de cualquier persona, incluso de un niño. Sobre todo de un niño.

Cuando alguien se propone ser padre/madre creo que empieza a hacerse preguntas  o a debatir sobre que educación quiere que su hijo reciba, pero creo que lo que no se plantean muchos padres es que no es el tipo de educación o el tipo de pedagogía lo primero que se tienen que peguntar, sino ¿cuál es la meta? ¿Cuál es el objetivo?  Si el objetivo es que su hijo se adapte bien a la sociedad, no le va a servir la misma metodología que si lo que quiere es que su hijo sea feliz, libre o él mismo. A esta reflexión he podido llegar gracias a aquel curso que os conté en esta entrada: Pedagogía Pikler

Lo que ocurre es que estas cosas no se las plantean normalmente unos futuros padres, y no es culpa suya. Es que sencillamente no hay tiempo para reflexionar. En la sociedad actual en la que vivimos no hay tiempo para ser nosotros mismos, para conocernos, para explorar diferentes disciplinas, artes, deportes, para interiorizar en nosotros. Ni siquiera hay tiempo a veces para quedar con nuestra familia y amigos. Y mucho menos tiempo os va a quedar cuando seáis padres. Pero esto no es vuestra culpa, sino de la sociedad que va muy deprisa y no os deja apenas respirar.  Pongo aquí el enlace a un libro para niños que trata sobre el valor del tiempo: 



Ahora, en el año 2021, llevamos tiempo viviendo en una Pandemia. Hemos tenido tiempo de hacer un parón, de reflexionar, de ver la vida pasar sintiéndonos ajenos a ella. Estamos parados sin poder hacer lo que nos gustaría hacer.  Y es ahora cuando salen a flote las heridas que llevábamos tiempo queriendo acallar. Porque una sociedad que no interioriza y que solo vive superfluamente es una sociedad herida y vulnerable.   Una persona que no sepa estar sola consigo misma es una persona que tiene miedo a enfrentar sus heridas. No hay nada de malo en llorar o en estar triste, o en sentir miedo. No hay nada de malo en sentir lo que sea que estés sintiendo en estos momentos. ¿Y sabes por qué? Detectarlo, reconocerlo y poder expresarlo es el primer paso para poder sanar esas heridas.  Es ahora cuando he entendido que ningún movimiento va a cambiar el mundo. Siempre he creído que teníamos que estar unidos y luchar unidos por las injusticias. Y no digo que esto esté mal. Simplemente me he dado cuenta de que para que el mundo cambie primero debes cambiar tu primero. Si cada uno desde el punto en el que se encuentra cambia, entonces el mundo empezará a cambiar.  Por ejemplo: si alguien te trata mal, empieza por no permitirlo más. Empieza a respetarte  y los demás te empezarán a respetar. Lucha contra tus propias injusticas, las que estás viviendo ahora mismo. Amor es la clave para sanar al mundo. Amor hacia ti mismo y para con los demás. Esta frase no la he inventado yo, es muy antigua. Es curioso porque está escrita en libros muy antiguos, libros que millones de personas veneran en todo el mundo y sin embargo no han puesto en práctica la frase más sabia de esos libros, ni ellos ni tampoco los que odian esos libros.

Llevaba tiempo sin escribir en el Blog. Hoy he decidido entrar de nuevo y releer todas las entradas. Me ha sentado bien, ya que ahora trabajo con otra pedagogía.  Al compararlas me doy cuenta de lo que quiero y no quiero para la futura educación.

Una amiga me dijo también algo que me hizo reflexionar, yo le pregunté; ¿Cómo se puede saber si se está sobrepasando el límite entre enseñar, educar o poner disciplina a los niños y en ser autoritario? Ella me contestó que la diferencia estaba en el trato que se les daba a los niños.

Una compañera también me mostró una clave, me dijo: Si tienes que tratar a los niños de una manera en la que tú no te sientes cómoda, es que no estás haciendo algo bien. Uno tiene que sentirse libre trabajando, sentir que estás siendo tú misma.



Os recomiendo un libro de poemas de la Pedagoga y poetisa chilena Gabriela Mistral. Leer no es adoptar como tuyo lo que el libro dice, sino abrirse a un sin fin de posibilidades. Me gusta recomendar libros de autores que quizás no tienen mis mismos ideales pero que en algún punto estamos de acuerdo. 




martes, 1 de octubre de 2019

Plena atención en ti




En mi día a día en el trabajo he aprendido muchas cosas sobre los niños y como tratarlos y una de las cosas más importantes que he aprendido es  que si quieres que un niño se tranquilice no te tienes que centrar en él ni en la manera de calmarlo. La clave está en centrarse en uno mismo.  Si te centras en ti, te examinas y miras en tu interior te darás cuenta de que la gran mayoría de veces que un niño está agitado, tú también lo estás.  Si trabajas tu interior: tus pensamientos, tu respiración, tu energía, te intentas relajar y pensar positivamente verás como todo fluye mejor.
Uno de los momentos más tensos y complicados en mí día a día de mi profesión es la hora de la siesta. La hora en que los niños tienen que dormir, porque ellos realmente están cansados y necesitan dormir aunque ellos no se den cuenta de eso.
Antes de comprender que tenía que prestar atención en mí, intentaba conseguir que los niños se relajaran. Pero yo seguía estando nerviosa y agitada. ¿Qué conseguía? Pues obviamente que los niños no se relajaran, entonces yo me ponía más nerviosa y mi estrés se elevaba porque en la guarde tenemos unos horarios que cumplir y los niños tienen que dormir en unas determinadas horas. Como no lo conseguía me ponía más tensa y mis pensamientos en aquel momento eran algo así: si no consigo que se duerman no me dará tiempo de hacer la pausa, entones tampoco podrá hacer la pausa mi compañera, tampoco nos dará tiempo de terminar las manualidades que tenemos que hacer, ni tampoco podremos rellenar unos documentos que tenemos pendientes, etc. Esos pensamientos me ponían mucho más nerviosa y los niños notaban mis nervios. Los niños pueden sentir como te sientes tú. Si tú estás estresada, ellos también lo estarán.
Una vez has conseguido centrarte en ti y autoregularte para estar relajada en ese momento lo siguiente a conseguir es que entiendan que no pueden dominarte. La que decide las cosas importantes eres tú, como madre que eres, o como educadora o como persona adulta a cargo de esos niños. Este paso es muy importante también y no hay que titubear, pues si los niños notan que pueden hacerte sentir mal para que retrocedas ellos habrán aprendido que pueden conseguir lo que quieran con su actitud. Por ejemplo: si un niño llora y llora y llora, llegará un momento en el que estés muy agobiada y es muy normal, lo entiendo pero no cedas. Si cedes tendrás que empezar de nuevo y será más complicado que antes. Cuando un niño entiende que tiene que respetar tu decisión y que hay unos límites no va a continuar luchando. Pero si tú cedes al igual que si tú luchas contra ese niño o contra esa situación, ya sea gritando o haciendo algún tipo de gesto con la mano o perdiendo los nervios, entonces nunca va a respetar tu decisión sino que va a empezar una lucha de egos sin fin. Si, digo una lucha de egos porque el niño tiene ego pero tu querida amiga o amigo también lo tienes J
Sin ego no hay lucha, solo respeto mutuo.
En la guardería donde trabajo tenemos una pedagogía que respeta al niño en todas las áreas pero eso no quiere decir que los niños no deban tener límites. Sobre todo en situaciones donde ellos aún no saben que es lo mejor para ellos o que es lo que quieren.  Hay veces que me he encontrado con niños que decían que no querían dormir pero tenían los ojos bien rojos, cansados y se frotaban los ojos con las manos. Ellos dicen que no quieren dormir pero la realidad es que no pueden dormir, hay niños que necesitan ayuda y esa ayuda que necesitan se llama calma.
Yo trabajo de esta forma: si un niño me dice no quiere dormir le doy dos posibilidades a escoger. No tiene que dormir si no quiere, eso es lo que le digo pero tiene que quedarse tumbado en su colchón. El puede elegir si duerme o no.
Cada niño es distinto y por eso no se puede aplicar la misma técnica con todos los niños pero la base es esa. Por ejemplo, hay niños que prefieren dormir en el suelo o en otra parte, entonces tienen que permanecer tumbados en el suelo, ellos deciden si duermen o no. Os aseguro que el 99% de las veces acaban quedándose dormidos.
Podéis hacer la prueba con vuestros hijos o alumnos si queréis, simplemente decid con tono tranquilo y seguro: Quiero que te quedes tumbado en la cama. Puedes decidir si duermes o no pero quiero que te quedes en la cama.
Claro que a la primera no va a funcionar, pero recordar que es muy importante no ceder. Hay que ser constante J
Y si el niño o niña patalea, llora o grita tu mantente serena, como si no estuvieses escuchando o viendo nada.  En algún momento el niño entenderá que da igual lo que el haga pues tu no vas a ceder.




martes, 9 de julio de 2019

Celebrando el día de la madre


En Mayo celebramos en la guardería donde trabajo el día de la madre  junto con las madres.
Este año el tema era la diversidad cultural en la familia. Nos apoyamos de las imágenes del libro "Mamá" de la autora  Héléne Delforgue.
Nos sentamos todas en círculo y las madres que querían podían cantar la canción que suelen cantar con sus hijos en su idioma materno.


Fue realmente muy bonito, ya que todas las madres cantaron y en la guardería donde trabajo hay bastante diversidad así que pudimos escuchar canciones en muchos idiomas. Lo que pretendíamos con las imágenes y esta actividad era mostrar y dar a entender que todas las madres del mundo quieren de igual manera a sus hijos y aunque a los niños se les trate de distinta manera según la cultura, todas las madres quieren lo mejor para sus hijos.
Para finalizar las madres podían decorar un cojín y coserlo a mano. Ese cojín se quedaría en la guardería de manera que cada niño tendría uno y podrían dormir con el si querían o cogerlo en cualquier momento del día.

domingo, 7 de abril de 2019

Emmi Pikler. Concepto básico.

El viernes estuve en un curso sobre la pedagogía Emmi Pikler y quiero compartir con vosotras/os lo que aprendí.
Primero de todo deciros que lo principal para poder llevar a cabo esta pedagogía, así como cualquier otra, es ser. Por lo tanto, a lo que te invita está pedagogía es a estar en contacto contigo mismo, entrar en contacto con tu ser, escucharte y sentirte.
Hay que aprender a sentirnos bien con nosotros mismos, con nuestro entorno y aprender a estar tranquilos.
Una de las primeras frases que dijo el profesor fué la que más me impactó: Queréis niños autónomos? Y en qué medida? Es decir: queréis que sean autónomos e independientes y libres pensadores en todo o solo en ciertas cosas?
Está frase me llegó muy profundo y me hizo reflexionar.
Después el profesor explicó que a la sociedad capitalista en la que vivimos no le interesa educar niños realmente independientes. A ningún gobierno le interesa eso. Y ahora que me paro a pensar es cierto que a todos nos han educado para saber sobrevivir en el mundo capitalista actual pero no nos han educado para pensar y ser nosotros mismos.
Nos han educado para ser estudiantes de universidad, trabajar en fábricas en cadena, en oficinas, para tener hijos, casarnos, ser buenos ciudadanos que crean y gastan dinero. Eso es el capitalismo: crear y gastar. Sin eso este sistema no tendría cabida y se derrumbaría.
En un momento del curso, una compañera preguntó que había que hacer según Emmi Pikler cuando un niño te dice que está aburrido.
El profesor le devolvió la pregunta a mi compañera y preguntó: Qué harías tú? Ella respondió que le preguntaría que le apetece hacer. Y eso estaría bien para cualquier pedagogía convencional pero para Pikler no. El profesor respondió que si queremos educar encaminados en esta pedagogía lo que tendremos que hacer es decirle al niño mirandole a los ojos y con una sonrisa amorosa: muy bien, estás aburido y eso está bien.
El niño por si solo tendría que experimentar con su aburrimiento.
Muchas de las obras de arte fueron creadas en momentos de aburrimiento, de tristeza o de emociones que consideramos negativas pero que no lo son en realidad.
Todas las sensaciones son necesarias.
Ahora los niños están sobreestimulados.
El profesor tambíen nos explicó que enseñamos a los niños a no cometer errores, tienen que ser perfectos. Y los adultos también. Tenemos que ser rápidos, saber hacer muchas cosas y bien hechas. Pero nos olvidamos que aprendemos de los errores. Los niños aprenden equivocándose y los adultos también.
Por lo tanto, la paciencia y el respeto a la hora de enseñar son muy necesarios.
En un aula Pikler solo pueden haber cosas que los niños puedan hacer, tocar, trepar, manipular, etc.
De esta manera los niños se sienten libres y pueden hacer lo que quieran. Moverse libremente :)


Los materiales o muebles Pikler para los más pequeños son estos:
Una vez que el niño o la niña ha aprendido a subir o trepar estos muebles se puede comenzar con otros más altos y complicados. Y porsupuesto lo más básico de está pedagogía es que los niños deben ir vestidos con rópada cómoda para que se puedan mover libremente.

sábado, 30 de marzo de 2019

Humildad


Cada vez es más habitual percibir o escuchar como la gente se siente más importante según la profesión que ejerce, según el rango que tiene, los estudios o según el dinero que gana.
Todas las profesiones son necesarias. Si existen es porque alguien precisa de ellas. Ahora parece que lo mas cool es trabajar en oficinas pero la gente se olvida de otras prifesiones igual de necesarias y muchas veces imprescindibles. Queremos trabajos cómodos, con un buen sueldo y un buen horario pero además que nos den prestigio. Eso está bien pero nos olvidamos de lo más importante y es trabajar en lo que nos gusta, en lo que nos da fuerzas para ir cada día al puesto de trabajo. Nos olvidamos de escoger nuestra profesión según la vocación que tenemos y acabamos siendo como robots sin alma que actuamos y nos dejamos llevar por lo que nos han dicho que tiene que ser pero no por lo que sentimos. Y eso se nota; yo percibo cuando me atiende un empleado, un trabajador, un profesional al que no le gusta su trabajo. Y vosotros también lo notais.
Nadie es mejor que nadie por su profesión, sino por quién es como persona. Por como actúa para con los demás. Una empleada del hogar es igual de valiosa que un futbolista. La señora que limpia las escaleras de tu edificio de trabajo es igual de valiosa y necesaria que tú. Sin ella posiblemente no podrías acceder a tu oficina pq estaría sucia y llena de basura.
Seamos conscientes de esto y tratemos a las demás personas como nos gustaría que nos trataran a nosotros. Todas las profesiones tienen algo valioso e impescindible para alguien que quizás bo te hayas parado a pensar. Por ejemplo, mi profesión no es solo cuidar a los niños, cambiarles el pañal y darles de comer como muchos se creen. Consiste en observar , entender, empatizar y respetar el desarrollo individual de cada niño. Crear actividades que les puedan servir en su desarrollo. Estar presente y acompañarlos en los conflictos. Detectar posibles problemas internos o en la familia, y muchas cosas más.  Ningún título te da más valía de la que tu misma/o ya posees. Somos humanos, demostremos entonces que somos merecedores de ser llamados humanos: humanidad y humildad.

domingo, 3 de marzo de 2019

Sentirse bien en Alemania


Muchas veces he oído la siguiente pregunta: ¿Qué os falta a los españoles en Alemania para estar felices y sentiros bien aquí?
Después de estar viviendo en varios lugares de Alemania y durante varias temporadas, puedo decir sin ninguna duda que la clave para sentirse bien en Alemania y creo que en cualquier país es hablar bien el idioma del país donde resides.
Sin eso, todo te va a resultar más complicado y muy difícilmente te vas a a sentir parte de tu nueva ciudad o totalmente involucrado en las actividades que emprendas.
Como siempre digo, está es mi opinión y mi experiencia. Posiblemente otros tengan otras experiencias y les invito a que las cuenten.
Lo que más separa a dos personas entre sí, lo que más dificulta su entendimiento es el idioma. Puede haber muchos malos entendidos por culpa de este factor.
Hay otros factores a tener en cuenta, como la cultura, la mentalidad, la lógica de las personas en ese país, pero lo que más te va a dificultar la vida es el idioma. Una vez lo aprendas vas a entender mejor la cultura y la lógica de los habitantes del país en cuestión.
La cultura y la mentalidad van muy ligadas al idioma. 
A mí personalmente algo que me irrita mucho es cuando le pregunto algo a alguien en alemán y esa persona al notar tu acento y apariencia física te contesta en inglés o en español, italiano, etc.. Si, me han confundido varias veces por italiana incluso por francesa.  Imagino que lo harán por facilitarnos las cosas pero a mi me molesta mucho, pues lo que quiero es perfeccionar mi nivel del idioma. El otro día, sin ir más lejos, me pasó: Entro a una panadería y pido un panecillo. Automáticamente la mujer me contesta en inglés, a lo que yo le pedí que por favor me hablara en alemán, que no se preocupara pues lo entiendo todo. La mujer se quedó bastante bloqueada y parece que no le sentó muy bien. No era mi intención molestarla, sino que ella dejara de incomodarme a mi.

Cuando voy por la calle hablando alemán con alguna amiga o conocida, y ambas somos extranjeras, noto las miradas de la gente. Se quedan como sorprendidos de ver que no estamos hablando inglés entre nosotras. ¿De verdad  este hecho es algo por lo que asombrarse?
La profesora de un curso de alemán, era una mujer mayor, siempre nos contaba que tenía miedo de que llegase un día en el nadie hablase ya alemán. Ella decía que cuando iba en el metro apenas escuchaba a nadie hablar alemán. Yo siempre le decía que eso no va a pasar ya que los extranjeros estamos aprendiendo el idioma y creo que cuando sabes hablar alemán ese es el idioma que utilizas para comunicarte con la gente, no el inglés.

viernes, 8 de febrero de 2019

Macaco japonés o mono de la nieve


Justo ahí, en las islas Ryukyu y en otras islas japonesas, viven unos seres por los que siento admiración. 
Son los macacos japoneses. Son capaces de aguantar temperaturas muy bajas y muy altas.
Personalmente me resultan muy entrañables, tienen aspecto de personas ancianas. Y de hecho es que son muy sabios. Por ejemplo: deciden bañarse en aguas termales y se pueden pasar horas allí.Se ha comprobado que eso les reduce el estrés.











¿Os recuerdan a alguien?